Desde que comenzó el curso, en este primer
cuatrimestre, en la asignatura de Ciencias de la Naturaleza, hemos realizado
dos salidas. Estas dos excursiones a pesar de que ambas han sido a un museo, han
sido diferentes, sobre todo en cuanto a la metodología empleada para llevar a
cabo las mismas.
La primera de ellas, al museo Eureka!, fue una salida
educativa muy participativa, donde los alumnos interveníamos en los
experimentos y todo lo que el monitor nos decía y enseñaba tenía un por qué y
era demostrable. En esta excursión me percaté de la importancia que tiene la
demostración y la participación en las clases de Educación Primaria. Esto es,
puede que a un alumno de 5º de Primaria le expliques qué es el pH, con una
explicación teórica, pero si se lo demuestras y, sobre todo, le dejas que
participe en la experimentación, lo va a aprender mejor, más rápido y con una
mayor motivación. Personalmente, es la que más me gustó, ya que nos dio la
posibilidad de aprender haciendo.
La segunda ha sido al museo de la Minería del País
Vasco. En esta ocasión, la visita fue más teórica, sin demostraciones, pues el
monitor nos iba narrando la historia de las minas y la vida de los mineros, a
medida que nos lo mostraba con maquetas, fotos o videos. A pesar de ser
diferente a la primera, no eché en falta la parte práctica, por decirlo de
alguna manera, ya que lo que fuimos a aprender al museo de la minería se
remonta años atrás y la única forma de aprenderlo es escuchando las narraciones
y viendo todo aquello que nos mostraban y que complementaban a las
explicaciones.
Sin embargo, a pesar de ser dos salidas diferentes
ambas tienen objetivos en común. Esto es, ambas pretenden poner al alumno en
contacto directo con la realidad para aprender de ella de una manera activa,
motivadora, amena, atractiva, participativa, significativa, etc.
Una salida bien planificada es siempre un recurso
educativo, que le permite al alumno desarrollar estrategias de aprendizaje y al
docente le da la oportunidad de poner en práctica aquellos conceptos vistos en
clase. Ambas salidas educativas tienen como objetivo ser un recurso didáctico,
un medio de formación y socialización para los centros educativos.
Como futura profesora me gustaría complementar la
educación formal que se da en los centros escolares con la educación no formal
que se da fuera de las mismas. Considero que la educación que se da dentro de
las aulas es importante pero que no sirve de nada si no la complementamos o si
no le añadimos aquella que se da fuera de las mismas, incluso fuera del centro
educativo. Esta educación no formal es la que encontramos en las salidas
educativas que realizamos, a museos, a montañas, bosques, a la ciudad, etc. No
hace falta realizar salidas extraordinarias con los alumnos, ya que la mejor
educación para los educandos la encontramos en el entorno más cercano, ¿para qué
enseñar a los alumnos algo que en rara ocasión van a ver o conocer, si no
conocen ni la realidad que les rodea?
Como se ha visto en este caso, a pesar de que la mayoría
de los museos tengan objetivos afines, cada uno de ellos tiene objetivos
determinados. Por lo que los docentes tenemos que tener claro que es lo que
quiero que mis alumnos aprendan y cómo. Esto es, si lo que quiero es que
aprendan experimentos de química o de física a través de la participación, no dudaría
en realizar una salida al museo Eureka!, sin embargo, si mi finalidad es otra,
puede que reflexione sobre otras posibilidades.